Abstract
El presente artículo desarrolla el diagnóstico nietzscheano sobre la condición moral de la tradición judeo-cristiana occidental. Haciendo un recorrido por la crítica nietzscheana en La genealogía de la moral, nos proponemos, bajo la clave hermenéutica de sentido, mostrar que el sacerdote asceta se alza como una figura de dominio de carácter sacro de los sentimientos morales, convirtiéndose en una suerte de administrador del sentido del sufrimiento, de la pena, de la culpa y de la mala conciencia.