Abstract
El presente artículo interpreta la regla propuesta por san Anselmo en el c. 15 del Monologion, siguiendo la distinción aviceniana entre ens y res. Su distinción y coincidencia ayuda a explicar la diferencia entre el ser entendido como ámbito y el ser en sentido real, como “algo”. Se concluye que la “regula Anselmi” establecería los parámetros para una atribución trascendental de las perfecciones de las criaturas a la esencia divina, en la medida en que su perfección intrínseca es tal, que pueden ser predicadas del ser necesario y de los seres posibles.